martes, 17 de enero de 2012

La ética del Empresario

Estas navidades he presenciado una situación que me ha hecho pensar en nuestros modelos de sociedad.
A la puerta de unos grandes almacenes, de esos de hagaselo usted mismo, había un pequeño tenderete con un par de chicas con un cartel que decía "Si no hay trabajo nos lo buscamos, envolvemos los regalos por 1 €".
La idea me pareció tan positiva que solo se me ocurrían formas de mejorar toda esa iniciativa. Por un momento pensé en la posibilidad de que los empresarios de la zona contratarán a las chicas con el mismo acuerdo, cada artículo envuelto 1€; los empresarios pondrían contratarlas para dar a los clientes este servicio de forma gratuita. Entonces comencé a explorar los problemas que plantea la naturaleza humana.
¿Como sabrán los empresarios el número de paquetes que envuelven? La idea es que los clientes no pagasen por envolver, sino que se considerase un servicio, por lo que los empresarios deberían pagar a las chicas por el número de paquetes. La primera opción es que las chicas apunten el número de paquetes, esta opción es pefecta si los valores de las chicas son correctos; es decir, si solo apuntan los paquetes que envuelven realmente.
¿No se puede contratar a nadie por menos de salario mínimo? Con lo cual el contrato de trabajo de empaquetadoras tendría que tener en cuenta el salario mínimo, las condiciones del tenderete, la temperatura exterior, los horarios, etc.

Después de esas preguntas la mejor opción es que estas emprendedoras se diesen de alta como autónomos y facturasen sus servicios de empaquetadoras a los empresarios de la zona, no sé si han intentado hacerse auóonomos, no es dificil pero no es trivial, con ésto ellas asumen sus "riesgos laborales" y solo nos queda el tema ético.
Si su ética es buena solo declararán los regalos empaquetados, luego ellos pagarán por el servicio, los clientes contentos por que reciben un valor añadido y eso creará algo de fidelidad a la zona y nuestras emprendedoras ahora son empresarias del envoltorio que facturan sus servicios.

La moraleja de esta historia es que los gobiernos deben poner fácil a los emprendedores que sean legales, que los emprendedores siempre encuentran oportunidades en cualquier situación y que la ética sigue siendo la forma más sencilla y barata de que el mundo funcione correctamente.

Quiza despues de leer este articulo, habreis detectado la descarada inclinación a focalizarme en la "etica" de las emprendedoras, no es casual; creo que la etica de las personas hace las cosas mucho más faciles y nos ayuda a confiar, por supuesto no se me olvida la etica del empresario, que debe ser la misma, ni mayor ni menor que la del emprendedor, solo así ambos podrán confiar y no invertirán en controles para saber si se engañan o no. Puede que esto sea un pensamiento simplista pero que bonito es un mundo sencillo.

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